Archive for enero 2015

Primeros hospitales

sábado, 31 de enero de 2015
Posted by Cristhian



La verdadera revolución en la medicina, la que “profesionalizó” en cierto modo la asistencia médica, vino de manos de los cristianos 

Ir a un hospital no es plato del gusto de nadie. Pero son instituciones necesarias, donde se dan a los enfermos las atenciones que en casa no pueden recibir. Como todas las creaciones humanas, tienen un comienzo en la historia. 

Parece ser que desde la antigüedad, los templos de los dioses fueron también casas de refugio para enfermos y escuelas de médicos, una profesión entonces que mezclaba lo artesanal y lo mágico. Los templos a Esculapio, el dios griego de la medicina, se usan a este efecto. En India se conocen hospitales desde el siglo III a. C. 

Pero la verdadera revolución en la medicina, la que “profesionalizó” en cierto modo la asistencia médica, vino de manos de los cristianos. Como destaca el cirujano catalán Jacint Raventós en su último libro “La evolución de la asistencia en Cataluña”, "La Iglesia fue la primera entidad asistencial pública por su carácter universal e interclasista. Su acción benéfica y caritativa fue imitada gradualmente por la sociedad laica de los señores feudales, de los primeros burgueses ricos y de las comunas o universidades, formadas por la gente menuda, cuyas pequeñas aportaciones fueron también decisivas para la aparición y el mantenimiento de las entidades hospitalarias benéficas”. 

Parece ser que santa Elena funda el primer hospital cristiano en Costantinopla, para atender a los peregrinos que iban Jerusalén. Los primeros hospitales están vinculados a los monasterios. Pero pronto se fundan casas hospitalarias bajo la dirección de la Iglesia. En París se funda el Hôtel Dieu por el obispo Landerico en torno al 650. Y en el 717 se funda en Roma el Hospital del “Santo Spirito”, bajo la protección de los papas. En la Edad Media nacen las primeras órdenes hospitalarias militares: la Orden Militar de San Juan de Jerusalén o del Hospital (actual Orden de Malta), nacida en 1048), y de la Orden Teutónica, surgida a finales del siglo XII en favor de los peregrinos alemanes. En Italia surgen en el siglo XV las “Compañías del Divino Amor”. Y en el siglo XVI aparecen las dos grandes órdenes militares: la Orden de san Juan de Dios, y la de los “Camilos”. Durante toda la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco, la casi totalidad de los hospitales es de titularidad eclesiástica. Todavía hoy, el 80 % de los hospitales del Tercer Mundo son de iniciativa cristiana.


¿Qué debe entenderse por profanación de la Eucaristía?

jueves, 22 de enero de 2015
Posted by Cristhian


Responde el P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.

Pregunta:

¿Qué debe entenderse por 'profanación' de la Eucaristía? ¿Cuál es la pena de quien profana el Santísimo Sacramento?

Respuesta:
Estimado:

Queda excomulgado automáticamente no sólo quien 'arroja' o 'retiene' indebidamente hostias consagradas, sino también quien, 'sin sacarlas del sagrario, de la custodia o del altar, las hace objeto de un acto externo, voluntario y grave de desprecio'. En este caso la excomunión no requiere el pronunciamiento del obispo o del tribunal eclesiástico. Lo aclara una nota explicativa que acompaña una respuesta del Consejo pontificio para la interpretación de los textos legislativos, a quien se le había pedido que aclare el canon 1367 del Código de Derecho Canónico.

'Quien arroja por tierra las especies consagradas --dice el Código que regula la vida de la Iglesia católica--, o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega, incurre en excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica'. A más de uno le entró la duda de si la excomunión es provocada a causa de la acción de 'arrojar' ('abicere', según el original en latín), en sentido literal, o si más bien se refiere a los actos de desprecio contra la Eucaristía.

La respuesta del arzobispo Julián Herranz, presidente del este organismo vaticano, es clara. Según el Consejo pontificio, hay que entender este canon del Código de Derecho Canónico en su formulación más amplia, de modo que 'cualquier acción voluntaria y gravemente despreciativa se debe considerar incluida' en esa expresión.

El verbo 'arrojar', añade el monseñor Herranz, 'no se debe entender sólo en el sentido estricto de arrojar por tierra, ni tampoco genéricamente en el sentido de profanar, sino en el significado más amplio de despreciar, humillar. Por tanto, comete un grave delito de sacrilegio contra el Cuerpo y la Sangre de Cristo quien se lleva o conserva las sagradas Especies con fin sacrílego (obsceno, supersticioso e impío) y quien sin sacarlas del sagrario, de la custodia o del altar, las hace objeto de un acto externo, voluntario y grave de desprecio. A quien es culpable de este delito es conminada, en la Iglesia latina, la pena de la excomunión 'latae sententiae' (es decir, automática) cuya absolución está reservada a la Santa Sede'.

El arzobispo Herranz recuerda en la nota que la Eucaristía es el centro y la raíz de la vida de la Iglesia. Por eso, 'se comprende el cuidado y el empeño de los pastores de la Iglesia para que este Don inestimable sea profunda y religiosamente amado, tutelado y rodeado de aquel culto que exprese del mejor modo posible a la limitación humana la fe en la Presencia real de Cristo --cuerpo, sangre, alma y divinidad-- bajo las especies eucarísticas, también después de la celebración del Santo Sacrificio'.

Juan Pablo II ordenó la publicación de esta interpretación del Código de Derecho Canónico en una audiencia ofrecida a monseñor Herranz el pasado 3 de julio (Cf, Zenit, 9 de julio de 1999).

LA SEÑAL DE LA CRUZ

miércoles, 21 de enero de 2015
Posted by Cristhian



Persignarse, o santiguarse con la Señal de la Cruz, formada con dos dedos de la mano o con el movimiento de esta, representando la Cruz en la cual murió Jesucristo, es un saludo al Señor, esa es la respuesta a este rito que me quedo grabada por siempre.

Es difícil recordar en que momento aprendí a hacer la Señal de la Cruz, pero desde niño sentí que era algo de un gran significado, mi madre me la hacía al dormir, luego también aprendí que era el rito inicial al salir de casa al iniciar la mañana, y que al pasar frente a la Iglesia, había que hacerla, y cuando asistíamos a Misa, estaba pendiente de los momentos y situaciones en las cual había que repetirla.

Encomendémonos a Dios, es lo que recuerdo que me enseñaban mis padres, y al preguntar por que, porque así le hacíamos encargo a Dios para que nos cuide. 

Ponerse en manos del Señor con la señal de la cruz, al comienzo de algo, significa la gracia de la redención que Cristo nos ha adquirido por su cruz, en ella murió Nuestro Señor Jesucristo para alcanzarnos la salvación eterna. Así, la cruz se ha convertido en signo de esperanza.

En efecto, los cristianos comenzamos por la mañana nuestra diaria jornada con nuestra señal de la cruz, todas nuestras oraciones, muchas de nuestras reflexiones son seguidas de la señal de la cruz, persignarse es nuestra acción más significativa, no podemos comenzar ninguna otra oración sin antes hacer la señal, “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”. 

Este movimiento de la mano que hacemos como recuerdo en lugar que murió Jesucristo, nos consagra, esto es hacer sagrada nuestra vida, nos da fortaleza, nos permite no caer en la tentación, nos permite salir de las dificultades, nos entrega paz, nos calma.

Entonces santiguarse es la primera oración, la más bella de todo cristiano, la más significativa, en ella reconocemos a la Santísima Trinidad.

Nuestro Señor dijo a los apóstoles. “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” [Mateo 28:19]

San Pablo nos dice que cualquier cosa que hagamos siempre deberíamos de hacerla en el nombre de Jesús para la Gloria de Dios el Padre. [Colosenses 3:17]. 

Nuestra Iglesia fundada por Cristo, por tradición ha adoptado la señal de la cruz para que sea hecho como un signo de consagración a Jesús, este signo es usado en todos los Sacramentos, pero es también usado por cualquiera que reconozca a Dios como la Santísima Trinidad que recuerde que Jesús murió por nuestro pecados en la cruz. 

Con la señal de cruz nos bendecimos a nosotros mismos cuando comenzamos cualquier cosa en la Presencia de Dios, bendecirnos a nuestras familias, a nuestros hijos, a nuestros hermanos y amigos.

En este signo visible del cristianismo hay mucho poder, el derrota todo mal, en el nos refugiamos, y es una gran bendición cuando lo recibimos al final de la celebración eucarística, del Vicario de Cristo, de un sacerdote, o en la unción.

La señal de la cruz, la utilizamos todos, sacerdotes consagrados y seglares, para todos es un beneficio y todos nos aparamos y nos beneficiamos de ella, solo debe hacerse con el máximo respeto, por que en ella reconocemos la presencia de Dios.

Cada vez que recordemos a Jesús, cada vez que deseemos agradecer a Nuestro Señor sus enseñanzas, su evangelio, su muerte en la cruz para redimirnos, hacemos este sencillo rito, y luego meditamos un instante, y le pedimos a El su protección.

También con esta señal, invocamos la Santísima Trinidad que es el nombre triple y santo de Dios. 

No olvidemos hacer esta bendición con meditación y reverencia, puesto que esta es una puerta rápida a la Presencia de Dios.

Usemos la señal de cruz llamando a Dios para que bendiga nuestros trabajos y nuestro que hacer diario.

También es una oración de exorcismo, cuando hacemos la señal de la cruz nosotros atacamos al demonio, el siente temor de la memoria de Jesús el Hijo del Dios vivo quien consiguió su mas grande victoria sobre el pecado y la muerte, y quien le aplasta su cabeza a través de los crueles sufrimientos y el martirio de la cruz. 

También al mover las manos sobre nosotros le pedimos a Jesús que entre en nuestro corazón, que nos limpie el alma y destruya y aleje en ella el pecado.

Descubramos la grandeza de esta sencilla y gran oración, que nos invita a hablar con Dios, ella es el inicio de toda conversación con El, la podemos hacer en cualquier circunstancias, especialmente para comenzar a contarle nuestra necesidad de El, nuestras aflicciones, nuestros pesares, nuestras solicitudes de ayuda y amparo.

Sepamos agradecer y reconocer al Señor con esta señal lo que hace por nosotros, lo que hemos logrado con su ayuda.

Elevemos con la señal de la cruz nuestra alma a Dios, a cada petición de alguna necesidad nuestra, la a hacemos con amor y sin ninguna vergüenza.

La señal de la cruz no hace reconocer cuales son nuestra limitaciones y nuestra dependencia de quien venimos, de quien somos y hacia donde vamos, esto es a Dios.

Santiguarse es abandonarse a Dios con toda confianza.

Persignarse es el humilde reconocimiento de que nos ponemos en manos de quien por amor nos dio la vida.

Hagamos de la señal de la cruz un signo de respeto, utilicémosla para pedir lo bueno para nuestra alma, para nuestra salvación, para comunicar nuestro amor al Señor, evitemos utilizarla para un fin distinto. En efecto al persignarnos comenzamos un diálogo con Dios, es elevación y adoración, es un tratamiento amistoso para pedir lo que nos conviene para nuestra paz interior y para nuestra salvación.

Ahora bien, podemos hacer la señal como una oración mental y contemplativa, con total recogimiento de los sentidos y un "silencio interior" a fin de nos permita escuchar mejor a Dios, así de esta forma independiente de la vista lo contemplamos con el alma.

Recibamos de Dios en nuestra alma un sentido recogimiento, una gran paz y sosiego con su presencia cada día al iniciarlo con la señal de la cruz y al ir al descanso nocturno la misma paz, para que nuestros sueños reciban la suavidad y la quietud de dormir en las manos del Señor

En el nombre del Padre, del Hijo y de Espíritu Santo, Amen


¿Cómo es el Purgatorio?

viernes, 9 de enero de 2015
Posted by Cristhian




El Purgatorio es otra de las "realidades últimas" de las que nos habló el Papa Juan Pablo II y que es importante recordar. De las opciones que tenemos para después de la muerte, el Purgatorio es la única que no es eterna. Las almas que llegan al Purgatorio están ya salvadas, permanecen allí el tiempo necesario para ser purificadas totalmente.

A pesar de no aparecer la palabra "purgatorio" en la Sagrada Escritura, la realidad de lo que significa este término está bien expresada en la Biblia, por ejemplo, en 2 Macabeos 12, 41-40. Más aún, es un dogma de fe, es decir, de obligatoria creencia por parte de todo católico. Además, es un regalo de la misericordia grandísima de Dios, y una señal de esperanza, ya que las almas que llegan al Purgatorio ya están salvadas: la única opción posterior que tienen es el Cielo; permanecen allí el tiempo necesario para ser purificadas totalmente antes de entrar a la visión y el disfrute total de Dios en el Cielo. (cfr. Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica #1030-1032).

Sin embargo, la purificación en el Purgatorio es "dolorosa". La Biblia nos habla también de "fuego" al referirse a esta etapa de purificación. "La obra de cada uno vendrá a descubrirse. El día del Juicio la dará a conocer ... El fuego probará la obra de cada cual ... se salvará, pero como quien pasa por fuego" (1a. Cor. 2, 13-15).

Están de acuerdo los Teólogos en señalar que tal vez la pena más dolorosa de la etapa de purgatorio sea la tardanza en poder disfrutar de la gloria de Dios. En el momento en que el alma se separa del cuerpo y se desprende de los lazos de la tierra se siente irresistiblemente atraída por el Amor Infinito de Dios. Por consiguiente, el retraso en poder gozar de la "Visión Beatífica" causa un dolor incomparable a cualquier dolor de la tierra. Ha llegado la hora de ver a Dios, pero al no estar debidamente purificada el alma no puede verlo. En la tierra se buscó a sí misma; ahora busca a Dios y no puede encontrarle por el tiempo que tarde su purificación. (cfr. A. Royo Marín, Teología de la Salvación; Garrigou-Lagrange, La Vida Eterna y la profundidad del alma).

Esta purificación de que hablamos es indispensable para poder ver a Dios "cara a cara". Y esta purificación puede sucederse, bien después de la muerte, o bien -total o parcialmente- durante nuestra vida en la tierra. Por eso a veces se oye hablar de "pasar el purgatorio en la tierra".

El paso por la purificación del Purgatorio ha sido obviado por algunos. Los Santos son ejemplos de esta posibilidad de purificación en nuestra vida terrena: ninguno ha llegado a la santidad sin purificarse a través del sufrimiento, la oblación, la entrega absoluta a los planes de Dios ... y algunos, hasta el martirio.

Así, las oportunidades de purificación que nos presenta Dios Nuestro Señor a través de circunstancias dolorosas o adversas en nuestra vida deben verse, no como castigo, sino como lo que son: oportunidades de purificación, para disminuir u obviar el Purgatorio.

Porque ¡es posible llegar al Cielo directamente! Y, además, es deseable obviar el Purgatorio, ya que no es un estado agradable, sino más bien de sufrimiento y dolor, que puede ser corto, pero que puede ser también muy largo.

¿Cómo evitar el Infierno? ¿Cómo evitar, también, el Purgatorio? La receta es clara: buscar la Voluntad de Dios y no la propia, rechazar el pecado, confesar los pecados cometidos en el Sacramento de la Reconciliación, aprovechar las gracias de la Santa Misa y la Eucaristía y, aprovechar las oportunidades de conseguir "indulgencia plenaria", la cual nos borra el tiempo de purificación que tendríamos que pasar en el Purgatorio. Además, es muy importante saber utilizar las posibilidades de purificación que nos presenta el Señor a lo largo de nuestra vida. Los sufrimientos no deben verse como se suelen ver: negativamente; los sufrimientos son gracias de purificación, es decir, oportunidades de purificarnos aquí en la tierra. El sufrimiento, entonces, tiene valor redentor y efecto de purificación. Por eso nos dice San Pedro, el primer Papa:

"Dios nos concedió una herencia que nos está reservada en los Cielos ... Por esto alégrense, aunque por un tiempo quizá sea necesario sufrir varias pruebas. Vuestra fe saldrá de ahí probada, como el oro que pasa por el fuego ... hasta el día de la Revelación de Cristo Jesús, en que alcanzaréis la meta de vuestra fe: la salvación de vuestras almas" (1ª Pedro 1, 3-9).


Responde el P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E. 

Pregunta:

Reverendo Padre: la duda que tengo es acerca de la muerte de la Virgen María: ¿fue sólo una dormición?, ¿qué dice la doctrina de la Iglesia? Espero su respuesta. Gracias. S. R. 

Respuesta: 

Estimado: 

Para responder a su pregunta hay que distinguir entre 'muerte' y 'corrupción en el sepulcro'. La muerte es la separación del cuerpo y del alma; en cambio la corrupción del sepulcro es la resolución del cuerpo en polvo. Cristo murió, pero no conoció la corrupción del sepulcro, cumpliéndose lo del Salmo 15,10: 'No permitirás que tu Santo vea la corrupción'. 

¿Murió la Virgen? El primero que parece dudar de esto fue San Epifanio, aunque, como él mismo dice, no se atreve a decir ni que sí ni que no. Ya en el siglo IV existía la tradición según la cual la Virgen no murió sino que subió a los cielos sin morir. Esta tradición ha tenido seguidores en diversos momentos de la historia eclesiástica. 

Sin embargo, según G. Alastruey ('Tratado de la Virgen Santísima', BAC, Madrid 1945, pp. 405 y siguientes), para sólo citar uno de los más relevantes mariólogos, la verdadera doctrina (que debe tenerse 'como teológicamente ciertísima') es que la Virgen María murió verdaderamente. 

Esta es la sentencia más firme y que tiene el aval de una segura tradición tanto latina como griega, incluso con autores ortodoxos (San Agustín, San Juan Damasceno, San Andrés de Creta, San Juan de Tesalónica, Nicolás Cabasilas, etc.). En cuanto a San Epifanio, hay que tener en cuenta que no niega la muerte sino que solamente afirma que sobre esto nada dice la Escritura. 

Lo mismo dice la tradición litúrgica. En el 'Misal Romano' se leía en la Misa de la Asunción: 'ya que la Madre de Dios salió de este mundo conforme a la condición de la carne mortal'. En el Misal actual no se menciona la muerte sino sólo la inmunidad de la corrupción en el sepulcro. 

La palabra 'dormición', que se usa principalmente en la Iglesia griega no debe llevarnos a confusión pues significa la muerte de la Virgen María. 

Las razones teológicas que se dan al respecto son: 

1) Convenía que María, para conformarse con su Hijo, padeciera la muerte, y así por la muerte pasara a la gloria, a fin de que no pareciera de mejor condición la Madre que el Hijo. 

2) La verdad de la Encarnación se corrobora más por la muerte de María; pues si convenía que Cristo muriera para confirmar la fe de la Encarnación, y así no se dudara de que era hombre verdadero, igualmente convenía que muriera su madre, para que no se pensase que había nacido de mujer inmortal. 

3) Además la Virgen fue constituida por Dios cooperadora en la obra de la Redención humana. Mas porque la obra de la redención del género humano se llevó a cabo por la muerte de Cristo, así convenía que la Virgen se asociara a su muerte. 

4) Como dice San Pedro Canisio: para consuelo nuestro cuando nos toque el duro trance de la nuestra muerte. 

¿De qué género de muerte murió la Virgen Santísima? La Virgen no murió ni por martirio ni por muerte violenta; tampoco de enfermedad o vejez. Los teólogos afirman comúnmente que la Virgen murió a causa del ardoroso amor de Dios y del vehemente deseo y contemplación intensísima de las cosas celestiales. Así sostuvieron San Jerónimo, el abad Guerrico, San Alberto Magno, Dionisio el Cartujano, Santo Tomás de Villanueva, Bossuet, etc. 

En cambio, la Virgen María no estuvo sujeta a la corrupción del sepulcro. Esto es tradición unánime de la Iglesia. San Andrés de Creta dice: 'Como no se corrompió el útero de la que dio a luz, así ni la carne de la que murió... El parto eludió la corrupción, y el sepulcro no admitió la extrema corrupción de la muerte'. Y Santo Tomás de Villanueva: 'No es justo que sufra corrupción aquel cuerpo que no estuvo sujeto a ninguna concupiscencia'. 

LA INTERCESION DE MARIA

viernes, 2 de enero de 2015
Posted by Cristhian




¿ESTA FUNDAMENTADA EN LA BIBLIA?

Autor: Martin Zavala M.P.D.

PREGUNTA 

Me gustaría saber en qué parte de la Biblia se dice que María intercede entre Dios y los hombres, les pido un solo fundamento bíblico. Dios les guíe.

RESPUESTA

La parte donde en la Biblia se dice que María intercede entre Dios y los hombres, está en el Evangelio de Juan capítulo 2 versículos del 1-11.

1.- El primer milagro de Jesús fue por la Intercesión de la Virgen María.

Expliquemos detenidamente este pasaje para ver lo que sucedió:

«Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.

Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.

Y, como faltaba vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»

Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»

Dice su madre a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.»

Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenen las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.

... Dice el mayordomo: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.»

Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos».

Jn 2,1-11

María intercede ante Dios por los hombres. Expliquémoslo:

*Allí María ve que hay Una necesidad "Y, como faltaba vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice su Madre(María) a Jesús: "No tienen vino." Jn 2,3

*Jesús le contesta "¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora." Jn 2,4

*Esta respuesta es porque María obviamente esta pidiéndole A Jesús que es Dios (Jn 1,1;Jn 5,23;Jn 20,28), que haga algo por esa necesidad que allí había.

* Entonces eso es Interceder, y si lo hizo a favor de las personas que celebraban ese momento entonces intercedió Por esos hombres. Jn 2,6

De esta manera una persona que desee conocer un pasaje bíblico donde María intercede ante Dios por los hombres le bastará leer este pasaje bíblico donde se unieron estos cuatro aspectos:

1) María

2) Intercediendo

3) Ante Dios

4) Por los hombres.

2.- Si intercedió estando en la tierra, con mayor razón lo hará estando plenamente unida a Dios en el cielo.

Por supuesto, si María intercedió aquí en la tierra, con mayor razón lo hará ahora al estar plenamente unida a Dios, pues dice el Apóstol Pablo que el amor nunca pasará.

Si por amor María intercedió aquí, ahora allá lo podrá hacer mucho más .

"El amor nunca pasará. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. 

Desaparecerá la ciencia.

1 Cor 13,8

Además, si Jesucristo escuchó y respondió a la oración del malhechor por un momento de fe cuando estaba en la cruz (Lc 23,42), con mayor razón escuchará a su madre (Lc 2,16) que hizo en perfección la voluntad de Dios y dijo: "he aquí la esclava del Señor. Hágase en mi según tu Palabra" Lc 1,38

Si por un minuto de fe escuchó y respondió al malhechor, ¿Qué no hará Jesús por su madre que tuvo una vida de fe y obediencia?

Recuerde al Apóstol Santiago hablando sobre la intercesión:

"La oración del justo tiene mucho poder"

Stgo 5,16

Así de fuerte será la oración e intercesión de María.

Nota: El error del protestante se da porque malinterpreta el pasaje de 1 Tim 2, 5 donde dice que Cristo es el unico mediador. Alli se esta refiriendo a que la salvacion nos viene solamente por medio de Cristo y en eso estamos 100% de acuerdo. Los catolicos no creemos que los santos o Maria sean nuestros salvadores. Creemos lo que la Biblia dice, que todos podemos interceder unos por otros. La unica mediacion de Jesucristo no esta en contra de la intercesion. De hecho la Biblia dice que todos somos intercesores:

"Oren unos por otros intercediendo por todos los santos"(Ef 6,18)




Las verdades de nuestra religión, de nuestra fe católica se encuentran en la oración del Credo. El Credo es lo que creemos los católicos. Si alguien de otra religión nos pregunta ¿qué es lo que creen ustedes los católicos? podemos contestarle con todo lo que rezamos en el Credo. Podemos decir que es como un resumen de nuestra religión. 

El Credo está dividido en tres partes:

· La primera parte habla de Dios Padre y de la obra de la Creación. 

· La segunda parte habla de Dios Hijo y de la Redención de los hombres.

· La tercera parte habla de Dios Espíritu Santo y de nuestra santificación.

Estas tres partes contienen doce artículos que abarcan las principales verdades en las que creemos los católicos. Estos doce artículos son:

1. Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la Tierra.

2. Jesucristo, Hijo único de Dios.

3. Jesús fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen. 

4. Jesús fue crucificado, muerto y sepultado.

5. Jesús descendió a los infiernos y al tercer día resucitó.

6. Jesús subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre.

7. Jesús vendrá a juzgar a vivos muertos.

8. El Espíritu Santo.

9. La Iglesia una, santa, católica y apostólica y la comunión de los santos.

10. El perdón de los pecados.

11. La resurreción de los muertos.

12. La vida eterna. 

Si nos fijamos bien en todo lo que creemos nos vamos a dar cuenta de lo importante que es Dios y de como nos amó tanto que nos entregó a su Hijo Jesús para salvarnos. Se quedó con nosotros en la Iglesia, nos perdona y nos promete volver a venir. 

Todo lo que creemos lo debemos de vivir. Debemos demostrar con nuestras obras que creemos en Dios. Se debe notar la diferencia entre un niño que no tiene fe y un niño que sí tiene fe. La vida se vive diferente. Por ejemplo, si yo creo que tengo un Padre Todopoderoso que vela por mí, mis acciones deberán demostrar esa seguridad y confianza. Si yo creo en la Iglesia, la voy a ayudar. 

El Credo es una forma de profesar nuestra fe. Otra forma de profesar nuestra fe es haciendo la señal de la cruz, que es la señal del cristiano. ¿Qué expresamos cuando nos persignamos? Decimos que creemos en Dios que es uno en tres personas distintas. Esto lo hacemos al decir “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Al trazar la señal de la cruz en nuestro cuerpo, expresamos que creemos en la Encarnación, Pasión y Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Al rezar el Credo entramos en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y con toda la Iglesia.




Credo de los Apóstoles y Credo Nicea-Constantinopla

El Catecismo de la Iglesia nos explica por qué tenemos un Credo (Rf. 185-197). Desde su origen, la Iglesia apostólica expresó su fe en formulas breves y normativas para todos, quiso recoger lo esencial de su fe en resúmenes orgánicos y articulados, destinados sobre todo a los candidatos al bautismo. Esta síntesis de fe no ha sido hecha según opiniones humanas, sino que se ha tomado de toda la Escritura lo más importante, para dar en su integridad la única enseñanza de la fe. A esta se le llama "profesión de fe", y también se le llama Credo, ya que la primera palabra en ella es "Creo". Se les denomina igualmente "símbolos de la fe".

A lo largo de los siglos, en respuesta a las necesidades de diferentes épocas, se han elaborado numerosos símbolos de nuestra fe, por ejemplo: 

· Los símbolos de las diferentes Iglesias apostólicas y antiguas.

· El llamado símbolo de San Atanasio

· La profesión de fe de ciertos Concilios como los de Toledo, Letrán, Lyón, Trento, o de ciertos Papas como la "Fides Damasi" o "El credo del pueblo de Dios, del Papa Pablo VI"

Ninguno de estos símbolos compuestos en diferentes etapas de la vida de la Iglesia puede ser considerado como superado o inútil. Nos ayudan a captar nuestra fe a través de los diversos resúmenes que se han hecho.

Por qué los dos y su diferencia

Entre los símbolos de la fe dos ocupan un lugar muy particular en la vida de la Iglesia, estos son: El símbolo de los Apóstoles y El Símbolo de Nicea-Constantinopla.

El Credo de los Apóstoles o Símbolo de los Apóstoles, es el corto, es llamado de los apóstoles por que es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia Romana. Su gran autoridad proviene del hecho de que es el símbolo que guarda la Iglesia Romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó a la doctrina común.

El Credo de Nicea-Constantinopla, es más largo por ser mas explícito y lo rezamos todos los domingos en la Misa. Debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos primeros Concilios ecuménicos, como su nombre lo indica respectivamente Concilio de Nicea año 325 y el Concilio de Constantinopla año 381. Sigue siendo hoy el símbolo común de todas las Iglesias de Oriente y Occidente.

Recitar con fe el Credo es recordar nuestro Bautismo y entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es también entrar en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de la cual creemos.




He aquí algunas reglas básicas y obligatorias que todos los católicos deberían conocer. Lamentablemente, hay algunos católicos que las desconocen, o simplemente no quieren hacerles caso. 

*Asista a misa cada semana. Es un pecado mortal el no ir a misa deliberadamente el domingo o en su defecto el sábado por la tarde. 

*Asista a misa en los días santos de obligación. Estamos obligados a ir en ciertos días de fiesta. El boletín semanal de su Iglesia y un buen calendario católico enumera estos días de obligación. 

*Vaya a confesarse por lo menos una vez al año. Si está en pecado mortal hágalo tan pronto como le sea posible. Un pecado mortal es un pecado en contra de cualesquiera de los Diez Mandamientos. El Catecismo tiene referencias específicas acerca de los pecados mortales y veniales. 

*Crea con todo su corazón en La Verdadera Presencia, Cuerpo, Sangre, Alma, y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo en la Sagrada Eucaristía. 

*No reciba la Santa Comunión si sabe que en su alma existe un pecado mortal. Esto constituiría un pecado mortal aún más grave que se llama sacrilegio. Se sugiere hacer un examen de conciencia diariamente y especialmente antes de cada confesión. 

*"Obedezcan a sus dirigentes y estén sumisos, pues ellos se desvelan por sus almas, de las cuales deberán rendir cuenta. Ojala esto sea para ellos motivo de alegría y no un peso, pues no les traerá a ustedes ventaja de ninguna clase". Hebreos 13:17 
Los adultos obedecen a sus dirigentes en el trabajo, a la autoridad, y a la ley. Por supuesto, todos ellos están sujetos a la ley de Dios y es allí donde nuestra primera lealtad ha de estar. Obedezca las enseñanzas de nuestro Santo Padre el Papa, y las del Magisterio. 

*Debemos respetar la vida en todos sus sentidos. El aborto es el asesinato de las criaturas más indefensas de Dios, un inocente bebé en el vientre de su mamá. La vida comienza en la concepción. Los que creen y están en pro del aborto esconden lo que en realidad es un "asesinato legalizado", usando el término "derecho de escoger". El aborto no es un "derecho de la madre a escoger" sino asesinar a ese bebé que vive pero aún no nace a este mundo. La criatura no es de la madre, pertenece a DIOS. No es parte de su cuerpo. ¿Cómo podría serlo si el niño fuera un varón y ella una mujer? Es otra persona aparte con sus propios sistemas humanos y hasta podría tener un tipo de sangre diferente al de la mamá. Así pues, nuestro Creador ha creado a cada persona única y singularmente, funcionando independientemente y con el potencial de ser un miembro humilde del mundo o ser una gran persona. En nuestro hermoso país, tenemos cada uno el poder de votar y elegir gente valiosa para posiciones de liderazgo. Un buen católico, ejercita su voto inteligentemente eligiendo a una persona que es pro-vida y pro-Dios. El hecho de votar con la corriente de popularidad que encumbre la arrogancia, el agrandeciemiento propio, y el orgullo de aquellos que están a favor del "derecho de escoger" es votar por todos aquellos que están a favor de la cultura de la muerte. ¡Esto está estrictamente prohibido y va en contra de las enseñanzas de las Iglesia Católica que son las enseñanzas de Cristo! Un voto por el derecho a la vida es decirle sí a Dios. Recuerde, María, nuestra Madre Amadísima dijo "Sí" a Dios. ¡Haga usted que su voto cuente por la vida! 

*No practique la contracepción, ya que va contra la Sagrada Escritura y las enseñanzas de la Iglesia. La planeación familiar natural, como la enseña la Iglesia, es la mejor forma de cuidarse. El Papa Pablo VI escribió una encíclica en 1968 en la que enumeró las consecuencias funestas si la contracepción continuara. Se llama Humanae Vitae. Asegúrese de leer el párrafo #17, ya que predijo exactamente lo que pasaría y está sucediendo hoy, más de 35 años después. La contracepción es la mentalidad drogada que lleva al aborto y más allá. 

*Los padres tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijos a una temprana edad las diferencias entre el bien y el mal, y de asegurarse que tengan una educación católica adecuada. En cuanto ellos tengan uso de razón enséñeles sus obligaciones dominicales, sus oraciones, que DIOS los ama, etc. No es la responsabilidad de la Iglesia hacer esto, ya que la responsabilidad principal pertenece a los padres. 
Por el ejemplo de los padres, ellos aprehenderán. Nuestros niños cuando no están bien preparados y no tienen modelos positivos que emular, entran al mundo como presas fáciles de muchas religiones falsas y cultos que esperan capturarlos. En su ignorancia de la verdad, son seducidos por la falsedad y sucumben a sus enseñanzas. Ponga a sus niños en un buen programa educativo religioso. Hágale preguntas a los maestros, laicos y religiosos. Busque un programa que sea sólido en su enseñanza. 

*Tenga una devoción amorosa por nuestra Madre Amantísima de DIOS.

*Rece el Rosario todos los días. 

*Ore todos los días. Haga su acto de contrición cada noche. 

*Apoye a la Iglesia económicamente. Cada persona deberá saber qué es lo que puede contribuir.

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