Archive for febrero 2015
Los libros que pretenden ser revelados pero que no forman parte del canon bíblico.
Etim: del griego apokryphos, que significa "oculto."
Originalmente se llamaban apócrifos aquellos libros sagrados cuyo contenido era demasiado sublime para que lo comprendiera el público en general. Pero término "apócrifo" fue tomando un matiz peyorativo, pues con mucha frecuencia resultaba discutible la ortodoxia de estos libros.
Dado que estos libros secretos eran a menudo muy valorados, e incluso escritos, entre los herejes, los Padres de la Iglesia llegaron a aplicar el término "apócrifo" a las obras heréticas cuya lectura era prohibida.
En tiempos de San Jerónimo (c.400), el término "apócrifo" adquirió un nuevo sentido. Desde entonces se llaman apócrifos los libros que pretenden ser revelados pero que no forman parte del canon bíblico.
Los católicos consideramos como "apócrifos" una serie de libros judíos o de otros grupos pertenecientes al período bíblico (o que pretenden pasar como pertenecientes al mismo) pero que no han sido aceptados por la Iglesia como parte de las Sagradas Escrituras. Se trata de muchos libros. Entre ellos hay evangelios pseudónimos que llevan nombres de personajes famosos de la Iglesia primitiva (Apóstoles, La Virgen María, Nicodemo, etc.); otras veces, el título se refiere al contenido de la obra (Evangelio de la Verdad) o a su origen (evangelios atribuidos a Marción, a Cerinto).
Estos evangelios pertenecen a distintas categorías y tratan de varios temas. Uno de los favoritos temas de los círculos gnósticos es una aparición de Jesús resucitado a algún personaje famoso de la Iglesia, normalmente un apóstol, a través del cual Jesús revela un camino secreto de perfección. Por regla general, la revelación tiene poca semejanza con el pensamiento de Jesús que nos presentan los evangelios canónicos.
Otros libros apócrifos buscan suplir por los detalles de la vida de Jesús que no aparecen en los Evangelios canónicos. La curiosidad de la gente hace que estos sean muy populares. (Brown, R. : Apócrifos: CBSJ V, 101-102; 122).
Lutero quitó varios libros de la Biblia con el pretexto de que los consideraba "apócrifos", es por eso que a la Biblia protestante le faltan libros.
Tomado de Defiendetufe.org
Introducción.
Cada Domingo proclamamos con gozo el Credo durante la celebración de la Eucaristía. Así lo hemos hecho por muchos siglos.
En este tiempo de tanta confusión con iglesias y sectas apareciendo como un mercado religioso, es importante descubrir que lo que los católicos creemos es la FE DE SIEMPRE, es el Credo de la Biblia.
CREO EN DIOS. “Nuestro Dios es el único Señor” (Deuteronomio 6,4;Mc 12,29)
PADRE TODO PODEROSO. “Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios” (Lucas 18,27).
CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA. “En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra”(Génesis 1,1).
CREO EN JESUCRISTO. “El es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es” (Hebreos 1,3).
SU UNICO HIJO. “Pues Dios amo tanto al mundo, que dio a su Hijo Unico, para que todo aquel que crea en él no muera, sino que tenga vida eterna” (Juan 3,16).
NUESTRO SEÑOR. “Dios lo ha hecho Señor y Mesías” (Hechos 2,36).
QUE FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPIRITU SANTO. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo descansará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios” (Lucas 1,35).
NACIO DE SANTA MARIA VIRGEN. “Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: ‘la Virgen quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrá por nombre Emmanuel’ (que significa “Dios con nosotros”)” (Mateo 1,22-23).
PADECIO BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO. “Pilato tomó entonces a Jesús y mandó azotarlo. Los soldados trenzaron una corona de espinas, la pusieron en la cabeza de Jesús, y lo vistieron con una capa de color rojo oscuro” (Juan 19,1-2).
FUE CRUCIFICADO. “Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado ‘lugar de la Calavera’ (o que en hebreo se llama Gólgota). Allí lo Crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado. Pilato mandó poner sobre la cruz un letrero, que decía: ‘Jesús de Nazaret, Rey de los judíos” (Juan 19,17-19).
MUERTO Y SEPULTADO. “Jesús gritó con fuerza y dijo: -¡Padre en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, murió (Lucas 23,46). Después de bajarlo de la cruz, lo envolvieron en una sábana de lino y lo pusieron en un sepulcro abierto en una peña, donde todavía no habían sepultado a nadie (Lucas 23,53).
DESCENDIO A LOS INFIERNOS. “Como hombre, murió; pero como ser espiritual que era, volvió a la vida. Y como ser espiritual, fue y predicó a los espíritus que estaban presos” (1Pedro 3,18-19).
AL TERCER DIA RESUCITO DE ENTRE LOS MUERTOS. “Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras, que lo sepultaron y que resucitó al tercer día” (1Corintios 15, 3-4).
SUBIO A LOS CIELOS, Y ESTA SENTADO A LA DERECHA DE DIOS, PADRE TODO PODEROSO. “El Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios” (Marcos 16,19).
DESDE ALLI HA DE VENIR A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS. “El nos envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como juez de los vivos y de los muertos” (Hechos 10,42).
CREO EN EL ESPIRITU SANTO. “Porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado” (Romanos 5,5).
CREO EN LA IGLESIA QUE ES UNA. "Para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado".(Jn 17,21; Jn 10,14; Ef 4,4-5)
ES SANTA. "La fe confiesa que la Iglesia... no puede dejar de ser santa(Ef 1,1). En efecto, Cristo, el Hijo de Dios, a quien con el Padre y con el Espíritu se proclama 'el solo santo', amó a su Iglesia como a su esposa(Ef 5,25). Él se entregó por ella para santificarla, la unió a sí mismo como su propio cuerpo y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios" (Ef 5,26-27). La Iglesia es, pues, "el Pueblo santo de Dios" (1 Pe 2,9), y sus miembros son llamados "santos" (Hch 9, 13; 1 Co 6, 1; 16, 1).
ES CATOLICA. “Y yo te digo que tu eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla” (Mateo 16,18). Posee la plenitud que Cristo le da(Ef 1,22-23).Es católica porque ha sido enviada por Cristo en misión a la totalidad del género humano (cf Mt 28, 19)
ES APOSTOLICA. El Señor Jesús dotó a su comunidad de una estructura que permanecerá hasta la plena consumación del Reino. Ante todo está la elección de los Doce con Pedro como su Cabeza (cf. Mc 3, 14-15); puesto que representan a las doce tribus de Israel (cf. Mt 19, 28; Lc 22, 30), ellos son los cimientos de la nueva Jerusalén (cf. Ap 21, 12-14). Los Doce (cf. Mc6, 7) y los otros discípulos (cf. Lc 10,1-2) participan en la misión de Cristo, en su poder, y también en su suerte (cf. Mt 10, 25; Jn 15, 20). Con todos estos actos, Cristo prepara y edifica su Iglesia.2 Tim 2,2
LA COMUNION DE LOS SANTOS. “Después de esto, miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos” (Apocalipsis 7,9).
EL PERDON DE LOS PECADOS. “A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados” (Juan 20,23).
LA RESURRECCION DE LA CARNE. “Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales” (Romanos 8,11).
Y LA VIDA ETERNA. “Allí no habrá noche, y los que allí vivan no necesitarán luz de lampara ni luz del sol, porque Dios el Señor les dará su luz, y ellos reinarán por todos los siglos” (Apocalipsis 22,5).
AMEN. “Así sea. ¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22,20).
La ciencia no puede negar a Dios porque ni siquiera es tan exacta como quieren creer aquellos que depositan su fe en ella. Es más, la ciencia no solamente no niega a Dios sino que nos acerca a El.
1. La fe es lo primero
Con razón dice San Pablo:
"La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver." (Hb 11, 1)
Por eso alaba la Jesús la actitud de quienes sin ver creen:
"¡Felices los que no han visto, pero creen!" (Jn 20, 28)
¿En dónde estás tú, hermano? ¿Eres "feliz"? ¿Vas a buscar a Dios con la sabiduría de este mundo? Ten cuidado.
"Sabios, entendidos, teóricos de este mundo: ¡cómo quedan puestos! ¿Y la sabiduría de este mundo? Dios la dejó como loca." (1 Co 1, 20)
Sin embargo, eso no significa que Dios y ciencia sean irreconciliables, sino que quien crea solamente en la ciencia comete un error enorme. De hecho dice San Pablo:
"Todo lo que se puede conocer de Dios lo tienen ante sus ojos, pues Dios se lo manifestó. Lo que Él es y que no podemos ver ha pasado a ser visible gracias a la creación del universo, y por sus obras captamos algo de su eternidad, de su poder y de su divinidad." (Rm 1, 19-20)
O sea que un observador honesto de la naturaleza tiene que entrever a Dios a partir de la ella. Dijo San Agustín:
"Vanos son ciertamente todos los hombres en quienes no existe la ciencia de Dios, y que por las cosas que se ven, no pudieron hallar al que es. Pero ya había salido de aquella vanidad y la había traspasado, y por el testimonio de la creación entera te había hallado a ti, Creador nuestro, y a tu Verbo, Dios en ti y contigo un solo Dios, por quien creaste todas las cosas. " (Confesiones)
Por supuesto, es imposible que un ser infinitamente inferior como nosotros pueda entender a uno infinitamente superior como Dios, o de lo contrario no sería Dios. La clave es otra vez la fe como nos lo ha dicho el Papa:
"De todos modos no hay que olvidar que la Revelación está llena de misterio. Es verdad que con toda su vida, Jesús revela el rostro del Padre, ya que ha venido para explicar los secretos de Dios; sin embargo, el conocimiento que nosotros tenemos de ese rostro se caracteriza por el aspecto fragmentario y por el límite de nuestro entendimiento. Sólo la fe permite penetrar en el misterio, favoreciendo su comprensión coherente." (Núm. 13, Encíclica "Fides et Ratio")
Lee la encíclica "Fides et Ratio" , sobre la relación entre la fe y la razón.
Sin embargo, la discusión no elude la ciencia, porque ella misma es matemáticamente (dicho en forma literal) limitada, como ya nos lo había advertido la Biblia.
"¡Mírame, soy tu sirviente, el hijo de tu esclava, un hombre débil cuya vida es breve, demasiado limitado para comprender la justicia y las leyes! Ni siquiera el más perfecto de los hombres será algo sin la sabiduría que viene de ti." (Sb 9, 5-6)
Veamos entonces lo que dice la propia ciencia de sí misma.
2. El conocimiento científico tiene límites
A principios del siglo XX, el importante matemático David Hibert había sostenido que apenas quedaban unos cuantos problemas matemáticos por resolver para que toda la matemática fuera un sólido conjunto de teorías, pero pronto, otros matemáticos geniales demostraron que eso era imposible. Uno de las más importantes demostraciones fue el llamado teorema de Godel (no es filosofía ni cosa parecida, es matemática pura).
"Los teoremas de indecidibilidad y de incompletud de Gödel imponen a los matemáticos la conclusión de que los métodos axiomáticos tienen algunas limitaciones intrínsecas que declaran, por ejemplo, que incluso la aritmética ordinaria no puede ser totalmente axiomatizada, o que la mayoría de los campos más significativos de las matemáticas no pueden estar libres de contradicciones internas." ("Lógica" en Monografías.com)
En corto, no importa cuanto lo intentemos, no hay manera de plantear una teoría sin que exista al menos una proposición que sea indemostrable, así sepamos que es verdadera. Y esto no es filosofía, insisto, es matemática, de modo que las limitaciones de la ciencia están demostradas plenamente.
Claro que eso también significa que la fe siempre está presente HASTA en la ciencia.
Sugiero leer el artículo "Euclides, Hilbert... y el futuro de las Matemáticas"
Pero los límites de la ciencia no están demostrados solamente con el teorema de Godel, también están demostrados matemáticamente en muchas formas, como por ejemplo desde el mundo de la física de partículas con el principio de incertidumbre de Heisenberg, pero no fatigaré al lector con este principio físico (para leer sobre el mismo hay muchísima literatura, como este artículo: "Principio de incertidumbre").
O sea que la ciencia por sí sola no es suficiente ni siquiera para explicar la naturaleza.
2 El azar existe y por tal razón la naturaleza debió ser creada por una inteligencia
Los que quieren aferrarse a la ciencia creen que todo es explicable (ya vimos que no es así) y que la naturaleza tiene un orden que algún día podrá descubrirse. Los cristianos sabemos que eso es cierto, pero que ese orden es divino y superior a nuestro entendimiento. Científicamente hablando, en realidad hay un punto donde no encontramos más "orden" sino, literalmente, azar, de modo que en el fondo en la naturaleza lo que hay es azar, no reglas deterministas. Y a alguien le dieron el premio Nobel de física por demostrar que el azar existe. ¿Si existe el azar, cómo puede entonces existir las cosas? Por la Creación. Y estas son las palabras de Carlo Rubbia, el premio Nobel de física que demostró que el azar existe:
"Hemos descubierto una precisa imagen de nuestro mundo. Para mí está claro que esto no puede ser consecuencia de la casualidad. Hay evidentemente alguien haciendo las cosas como son" (tomado de "El Cosmos no es eterno")
Lee en todo caso "Dios Origen del Cosmos" para un estudio completo.
3. ¿Hay otra forma de saber que Dios existe?
Hay muchas. Puedes revisarse el artículo "La existencia de Dios" en MERCABA.ORG. Pero tomemos una sola:
- Somos seres imperfectos.
- Aceptemos que una de las formas en que sabemos que somos imperfectos es que reconocemos que existe la perfección, es decir, tenemos la idea de suprema perfección.
- La idea de suprema perfección no puede surgir de nosotros mismos, tiene que provenir de alguna parte.
- Si vino de otra parte, ciertamente es externa.
- Como es externa, solamente puede provenir de un ser perfecto, pues nadie puede dar lo que no tiene.
- Solamente puede existir una suprema perfección, la cual necesariamente es Dios.
Reconozcámolo: sabemos que Dios existe porque nuestro ser tiene la noción de bien y perfección suprema, las cuales no pueden provenir de nosotros mismos sino que tienen que provenir de alguien que es el supremo bien y la suprema perfección: Dios.
Pero no seamos tan racionales, seamos felices en Dios creyendo sin haber visto, como dijo Jesús:
""¡Felices los que no han visto, pero creen!" (Jn 20, 28)"
Con frecuencia se utiliza el término secta para calificar una gran variedad de fenómenos religiosos. En algunos lugares se emplea el término incluso para referirse a iglesias protestantes. ¿Cómo distinguir entonces una secta de un movimiento religioso legítimo? Esta es la finalidad de un libro recién publicado por Jean Vanier, «Nuovi movimenti. Sette cristiane o segni dello Spirito» (Italia, Piemme). Según el reportaje del periódico «Avvenire» (8/6/99) el libro contiene diversos criterios para juzgar los movimientos religiosos. Vanier propone cinco elementos que pueden ayudar a identificar una secta.
1) Una secta está encerrada en sí misma y con frecuencia dominada por un gurú omnipotente, considerado como el único profeta y salvador. Sólo la secta posee la verdad y no se tolera ninguna otra forma de autoridad. Además, se prohíbe el contacto con otras formas de pensar o actuar.
2) La misma secta se presenta como salvadora del mundo o de los individuos, con un mensaje del todo nuevo y único para todos. Este mensaje da un sentido completo a la existencia de los miembros y una fuerte motivación para el proselitismo.
3) Para los que se hacen parte de la secta la sociedad está dividida entre buenos y malos, salvados y condenados. Se eleven muros entre las dos categorías que hacen difícil el diálogo, y hay una separación radical de las familias, los viejos amigos y el resto de la sociedad.
4) Los miembros de la secta están obligados a sacrificar su propia conciencia, su libertad y su propia capacidad de juzgar. Deben seguir las certezas absolutas y los objetivos del grupo. Además, la inteligencia de los miembros de la secta es manipulada, repiten los lemas y obedecen más que buscar la verdad.
5) Las personas angustiadas, frágiles y aisladas son atraídas a este tipo de grupos. El hecho de estar inseguro de sí mismo hace atractiva la certeza y los claros objetivos de la secta. Así se eliminan las angustias, la soledad y se da una dirección a la propia vida. Esto hace difícil que una persona pueda dejar el grupo, porque correría el riesgo de encontrarse de nuevo en la angustia y la soledad.
Vanier admite que algunas de estas características pueden estar presentes en un movimiento cristiano, sobre todo en los movimientos que se encuentran en los primeros años de su existencia. Sin embargo, entre los movimientos cristianos y las sectas existen claras diferencias.
1) La comunidad está a disposición de toda persona para facilitar su crecimiento espiritual y para profundizar en su conciencia personal. La comunidad estimula la formación de sus miembros en los campos espirituales y teológicos, utilizando los recursos de la Iglesia y la sociedad de acuerdo con el contenido de la Palabra de Dios, la vida del Espíritu y la verdadera humanidad. Además, se otorga un alto valor a la vocación espiritual de cada miembro, por encima del deseo de hacer crecer el número de miembros del movimiento.
2) Una comunidad no está encerrada en sí, sino que forma parte integral de la Iglesia. Además, en casos de conflicto es la misma Iglesia la que interviene como mediador. Esa autoridad exterior garantiza que las personas realmente son libres y pueden seguir creciendo hacia una mayor libertad y madurez.
3) Aunque en los inicios puede existir una cierta rigidez, con el tiempo llega mayor discernimiento y diálogo. La autoridad es ejercitada para ayudar a cada persona a crecer y a asumir mayor responsabilidad,
Mateo 12:32 “A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.”
Blasfemar será Llamarle o atribuirle títulos que van en contra de su personalidad.
El Espíritu Santo Es Dios y Tiene personalidad y son las siguientes
Al Espíritu Santo se le puede Mentir mas no engañar: Busque en la biblia en Hechos 5:3 “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?. Este hombre llamado Ananías pensó haber engañado al Espíritu Santo con su mentira.
Al Espíritu Santo se le puede tentar: En hechos 5:9 “Y Pedro le dijo ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu Santo?”.
El Espíritu Santo conoce todo, aun hasta lo profundo de Dios: Escrito está en la palabra de Dios en 1Corintios 2:10 “Porque El Espíritu Santo todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios y 1Corintios 2:11….. Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios, si no el Espíritu de Dios”. Querido amigo el Espíritu Santo conoce todo.
El Espíritu Santo Tiene Voluntad propia, Reparte como él quiere y nombra: Dice la palabra de Dios en 1Corintios 12:11 “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como El quiere”. Dice también en Hechos 20:28 “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar a la iglesia del Señor, la cual el ganó por su propia sangre”.
Al Espíritu Santo se puede contristar, doler y entristecer como persona que es: Busque en la Biblia en Efesios 4:30 dice la palabra de Dios “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuiste sellado para el día de la redención”. Querido amigo una fuerza impersonal como personas le dicen al Espíritu Santo por haber sido engañados, que el Espíritu Santo no siente y no se duele, El Espíritu Santo si se entristece tiene personalidad porque es Dios. La palabra de Dios dice que el Espíritu Santo se entristece cuando sus hijos pecan.
El Espíritu Santo prohíbe y da órdenes: “Una fuerza activa o impersonal no hace eso, pero una persona SÍ”. El Espíritu Santo es una persona El Espíritu Santo es Dios.
3. En hechos 13:4 “ellos entonces enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia….” Y también dice en la Biblia en Hechos 16:6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. La palabra de Dios es clara, vemos que el mismo Espíritu Santo da órdenes enviando y prohibiendo.
El Espíritu Santo Tomó decisiones en acuerdo con los apóstoles : En Hechos 15:28 Dice “porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias……..”
El Espíritu Santo habla como persona y Dios que es.
En Hechos 11:12 “Y El Espíritu Santo me dijo que fuese con ellos sin dudar”. Ahí le habló fue el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo consuela, enseña y nos hace recordar las cosas que Jesucristo nos enseña en la palabra de Jehová.:En Juan 14:26 Dice “Mas el consolador, El Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”. La palabra de Dios dice que el mismo Espíritu Santo nos enseñará y recordará las cosas.
Lea también Juan 15:26. “pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.”Y también dice en Lucas 12:12.”Porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir”.
Personalidad
1. El Espíritu Santo es Dios (2Corintios 3:17).
2. Es la Verdad (1Juan 5:16),
3. (Es eterno Hebreos 9:14).
4. (Es el Consolador Juan 14:16).
6. (Es omnisciente 1Corintios 2:10)
7. (Se puede hablar en contra de El, Mateo 12:32).
8. (Se le puede afrentar Hebreos 10:29).
10.(Se le puede contristar Efesios 4:30).
11. (Elige individuos para el ministerio Hechos 13:2 y Hechos 20:28).
12. (Prohíbe Hechos 16:6).
13. (Comisiona Hechos 13:4)-
14. (Intercede Romanos 8:26).
15. (Habla Apocalipsis 7, Hechos 13:2).
16. (Tiene instinto Romanos 8:27).
17. (Reparte dones conforme a su voluntad 1corintios 12:7).
18. (Escudriña lo profundo de Dios 1Corintios 2:10).
19. (Su nombre se encuentra unido al Padre y al Hijo en la formula bautismal Mateo 28:19 y Mateo 3:16).
20. (Está incluido en la bendición apostólica 2Corintios 3:14).
21. (Es uno de los que dan testimonio en el cielo 1Juan 5:7).
22. (El Espíritu Santo esta para llenar Efesios 5:18).
23. (Para sellar Efesios 1:13, Efesios 4:30).
24. (Vivifica a su pueblo Romanos 8:11).
25. (Redarguye Juan 16:8).
Son cuatro las cosas que principalmente debe tener presentes un católico: dos de ellas para defender su fe; las otras dos para aprovechar las riquezas infinitas de nuestra Santa Religión.
Para defender su Fe debe saber:
1- que la Religión Católica no es una imposición arbitraria.
2- por qué la Católica es la mejor de todas las religiones.
Y para aprovechar las riquezas infinitas de ella, debe saber estas otras dos cosas:
3- que debemos conservarnos en Estado de gracia.
4- que debemos hacer Buenas Obras.
1- La Religión Católica no es una imposición arbitraria.
Una de las calumnias contra la Religión Católica, más socorridas por sus enemigos, es que el Catolicismo es una imposición arbitraria, o como ellos generalmente dicen, que impone sus dogmas a la fuerza.
Es así de la mayor importancia tener presente que el Catolicismo no es una imposición arbitraria porque afirmando lo contrario sus enemigos logran indisponer contra de él a no pocas personas, pues nada es más lógico que revelarse contra cualquiera imposición arbitraria, ya que el hombre es un ser irracional que se debe a sí mismo, a su naturaleza, a su dignidad, a su objeto, la obligación de no aceptar como cierto y legítimo sino aquello que es verdadero y para saber lo que es, necesita conocer las pruebas de su verdad.
Pero salvo teniendo un desconocimiento absoluto de lo que es una imposición arbitraria y de las enseñanzas de la Religión Católica, puede hacérsele creer a alguien que ella impone sus doctrinas a la fuerza.
Imponer algo a la fuerza es querer que sea aceptado sin dar las PRUEBAS de su verdad, sin dar a conocer las razones para aceptarlo y nada más contrario que esto cuando se trata de las enseñanzas de la Religión Católica; ya San Pablo decía que el culto que debemos rendir a Dios es RACIONAL (Ron. XII, l); y San Pedro: "Estad siempre pronto a dar satisfacción a cualquiera que os pida RAZON de las esperanzas o Religión en que vivís" (1 Ped. 11,15), y palabras de S.S. León XIII son las siguientes "De tal manera presenta la iglesia y hasta en superabundancia, pruebas de la verdad de sus enseñanzas que conocemos por medio de la fe, que bastaría la razón para aceptarlas".
Pretenden los enemigos de la Religión, que ella impone sus dogmas a la fuerza, porque enseña que quien no los acepte será castigado después de la muerte en el infierno; pero el que la Iglesia enseñe las consecuencias que trae negar sus dogmas. No quiere decir que los imponga a la fuerza, ya que presenta además, insistimos, LAS PRUEBAS de la verdad de lo enseñado.
Y tales pruebas forman la APOLOGETICA, que es la Ciencia que defiende la Religión Católica, demostrando sus fundamentos científicos, la verdad de sus enseñanzas, la falsedad de los ataques de sus enemigos,y la falsedad de las religiones falsas.
Mira lector querido: instrúyete en Apologética; adquiere un manual de ella en cualquier Librería Católica, por ejemplo en la Librería de San Ignacio, Calle Donceles No. 105. Allí puedes encontrar la de Boulanger, la de Devivier, o la Religión Demostrada por Hillaire, o lee simplemente los Folletos E.V.C. Nos. 317 ó 15, y ya sabrás confundir a quien quiera que te diga que el Catolicismo es una imposición arbitraria, que impone sus enseñanzas a la fuerza.
La religión Católica no es una de tantas religiones como pretenden los que afirman que todas las religiones son buenas, lo que lleva a la idea de que todas ellas son igualmente buenas y que por tanto lo mismo da pertenecer a la Religión Católica que a cualquiera otra.
La diferencia entre la Religión Católica y las demás religiones es infinita, ella brilla entre todas como brilla el sol entre cocuyos.
Para darse cuenta de la excelencia del catolicismo !obre las demás religiones hay que tener presente que el fin de todas ellas es llevar al hombre a cumplir con los deberes que con Dios y con el prójimo tenemos, es decir, llevarlo a ser bueno y mediante esto hacerlo feliz, tanto en esta vida, como en la otra.
Ahora bien: la Católica es la mejor de todas las religiones porque ninguna otra como ella llena este fin, pues:
- ninguna otra como ella nos ANIMA a ser buenos,
- ninguna otra como ella nos ENSEÑA a ser buenos,
- ninguna otra como ella nos AYUDA a ser buenos.
Ninguna otra religión como la Católica nos ANIMA a ser buenos.
La Religión Católica nos ANIMA a ser buenos, dando por fin principal a todas nuestras actividades a toda nuestra vida, el máximo, el más alto de todos los fines. LA GLORIA DE DIOS.
Pero como para saber aquilatar esto se requiere cierta preparación en Religión, que no es muy común, vamos a considerar su fin SECUNDARIO, que es mucho más accesible a todo el mundo:
-Hacemos el bien para que seamos felices tanto en esta vida como en la otra.
-Consiste la bondad no solamente en no hacer ningún mal sino hacer el bien.
Ahora bien: el catolicismo nos aparta no solamente de hacer algo gravemente malo, anunciándonos que si lo hacemos, recibiremos un castigo tremendo, eterno, en la otra vida, sino que nos aparta también de las menores faltas dándonos a conocer que aún la menor que hagamos recibirá un castigo tremendo también, aunque temporal, en la otra vida, en el Purgatorio.
Y nótese que ni aún las mejores de las religiones falsas admiten la existencia del purgatorio, por lo que sus adeptos no tienen por qué evitar cometer faltas leves, ya que no creen que recibirán ningún castigo por ellas, del que por cierto nunca, podrán librarse.
- Y nos anima a hacer el bien, a hacer Buenas Obras, prometiendo a cada una de las que hagamos una recompensa cien veces mayor en esta vida y otra Divina en la otra por toda la eternidad.
Ninguna otra Religión como la Católica nos ENSEÑA a ser buenos.
Si las religiones procuran enseñar a los hombres a ser buenos, el Catolicismo nos ENSEÑA a ser no solamente buenos, sino Santos, presentándonos una moral sobrenatural, que exige, entre otras muchas cosas: absoluta castidad al soltero; que prohibe: el control de la natalidad, el divorcio; que exige: restituir lo robado; que no sólo prohibe la venganza, sino que quiere que devolvamos bien por mal, que amemos a nuestros enemigos, etc.
Es la Moral del Catolicismo tan santa, que tanto los católicos ignorantes como los adeptos de otras religiones, la encuentran imposible de ser llevada a la práctica ni aún por los Ministros de Dios, por lo que afirman que éstos deben casarse.
Ninguna otra religión como la Católica nos AYUDA a ser buenos.
Y puede el catolicismo esperar que sus fieles guarden tan Santa Moral, Porque les proporciona, con sus Medios de Santificación, de los cuales los principales son LOS SACRAMENTOS, riqueza exclusiva de ella, el auxilio espiritual que se requiere para poder llevarla a la práctica.
Sólo quien no se ha dado cuenta de la excelencia de los SACRAMENTOS, de la ayuda tan grande que nos proporcionan para ser buenos, puede creer que no le sea posible al hombre guardar la Moral sobrenatural de la Religión Católica.
Queda pues establecido que la Católica es la mejor de todas las religiones: porque ninguna otra como ella nos ANIMA, ni nos ENSEÑA, ni nos AYUDA a ser no solamente buenos, sino santos.
Las otras 2 cosas que debe saber un católico para aprovechar las riquezas de nuestra Religión son las siguientes:
3-Qué debemos conservarnos en Estado de Gracia.
Debemos conservarnos siempre en Estado de Gracia porque sólo en ese estado podemos agradar a Dios y aprovechar las riquezas infinitas de nuestra Religión.
Para poder entender esta última razón, es necesario darse cuenta de cuáles son estas riquezas:¿ qué es la Gracia? y ¿qué es el Estado de Gracia?
¿Cuáles son las riquezas infinitas de Nuestra Santa Religión?
Las riquezas infinitas de Nuestra Santa Religión son los Auxilios Espirituales, más propiamente llamados Medios de Santificación, de los cuales los principales son: la MISA, la DOCTRINA y los SACRAMENTOS.
¿Qué es la Gracia?
LA GRACIA es el don sobrenatural que Dios gratuitamente nos concede en el Bautismo, por los méritos infinitos de N.S. Jesucristo que haciéndonos participantes de su divinidad, nos eleva del reino humano al Reino Divino y nos capacita para la Vida Eterna.
Entender bien lo que es la Gracia, es de importancia capital para saber estimar y aprovechar nuestra Santa Religión, pues bien puede decirse que la Gracia es privilegio exclusivo de, ella, su incomparable riqueza. Desgraciadamente explicarlo requiere mayor espacio del que aquí disponemos, pero está tratado, con amplitud necesaria en el Folleto E.V.C. No. 165.
¿Qué es el Estado de Gracia?
Generalmente se dice que el Estado de Gracia es no tener pecado mortal en la conciencia, lo que da una idea muy pobre de este maravilloso Estado. No tener pecado mortal en la conciencia es la condición indispensable para que un bautizado esté en Estado de Gracia, pero no es este Estado, que no es negativo, sino plenamente positivo, pues no consiste en no tener algo malo, ni siquiera en tener algo bueno, sino en tener TODO, vivir la Vida de Cristo, la Vida de Dios, llevar a Dios en nosotros presente, viviente, santificando, divinizando nuestra alma ...
Entramos a este Estado, o sea a la Vida de la Gracia, al ser bautizados, se pierde por el pecado mortal, se recupera con el Sacramento de la Confesión y se incremento haciendo buenas obras, especialmente recibiendo la Sagrada Comunión.
Si no estamos en estado de Gracia, repetimos, no podemos aprovechar los méritos de la Redención, es por esto que tenemos que tener especial cuidado de conservarnos en este Estado no ofendiendo a Dios y yendo a confesamos tan pronto como hayamos caído en algún pecado grave.
4- Por qué debemos hacer Buenas Obras.
Debemos hacer Buenas Obras porque mediante ellas agradamos a Dios, se aumenta la Gracia en nosotros y aprovechamos las riquezas infinitas de Nuestra Santa Religión.
El Estado de Gracia, válganos la comparación, nos abre una cuenta de ahorros en el Banco del Cielo y cuanta Buena Obra hacemos es como un depósito en oro que aumenta nuestra cuenta. Católico que no procura incrementarla es como si no fuera católico, pues está desperdiciando todas las Riquezas Divinas que pone a su disposición Nuestra Santa Religión.
Apliquémonos pues a hacer Buenas Obras y para ello comencemos con distinguir entre lo que en lenguaje vulgar se entiende por buenas obras y lo que se entiende por Buenas Obras en Religión.
¿Qué son las Buenas Obras?
Hablando en lenguaje vulgar se distinguen 3 clases de Obras: las malas, las buenas, que son las que hacen bien al prójimo y las indiferentes que no son ni buenas ni malas. En Religión se llaman Buenas Obras toda obra buena en sí o indiferente que, estando en Estado de Gracia, hacemos con la intención de agradar a Dios.
Así pues en Religión para que una Obra sea Buena no se requiere que sea buena en sí, pero en cambio se requieren dos condiciones:
- que sea hecha en Estado de Gracia;
- que se haga con la intención de agradar a Dios, o dicho de otra manera: por Amor de Dios, en Honor de Dios, en Servicio de Dios, etc.
Ahora bien, notemos esto: como Dios es infinitamente justo con nada se queda, de modo que si estando en pecado mortal se hace una Buena Obra, El la recompensará, la premiará, pero con premio HUMANO, dando en esta vida a quien la hizo una felicidad equivalente a la Buena Obra hecha.
Pero si estando en Estado de Gracia, hacemos una Buena Obra con la intención de agradar a Dios, de servirlo, Él nos dará en está vida un premio 100 veces mayor y una recompensa DIVINA en la otra y por toda la eternidad ...
Las 3 clases de Buenas Obras.
Aunque como hemos dicho, en Religión toda Buena Obra se hace con la intención de honrar a Dios y que por el dogma de la Comunión de los Santos, toda Buena Obra aprovecha no solamente al que la hace, sino también al prójimo, se distinguen tres clases de Buenas Obras:
- Las que tienen por objeto directamente a Dios, tal la Oración, la celebración de la Santa Misa, la recepción de los Sacramentos.
- Las que tienen por objeto a uno mismo, por ejemplo: Instruirse en Religión, la penitencia, la Santificación del trabajo, y asistir a Misa.
- Las que tienen por objeto el prójimo, que son muchas, entre ellas las Catorce Obras de Misericordia.
Explicación amplia acerca de estas 3 clases de Buenas Obras, se da en el Folleto E.V.C. No. 444 del Curso Superior E.V.C. de Religión por correspondencia.
Las Buenas Obras en Honor de Dios.
Las Buenas Obras que tienen por objeto directamente a Dios son indispensables en la vida del cristiano, para cumplir con la obligación que tenemos de honrarlo.
Al efecto debemos orar, pues orar es hablar con la palabra o el pensamiento, con Dios para adorarlo y desagraviarlo o con El, la Virgen o los Santos, para darles gracias, y pedirles beneficios, cuidando, cuando hablamos con Dios, de pedirle hacer su voluntad y no que El haga la nuestra.
Debemos asistir a Misa y no solamente cuando es de precepto, pues es mediante ella que se nos aplican los méritos de Nuestro Señor Jesucristo. Los fieles que no van con frecuencia a Misa es porque no han entendido su valor infinito.
Y debemos, en fin, recibir con frecuencia los dos Sacramentos de la Confesión y la Comunión, pues nada nos une tanto a: Dios como recibir la Sagrada Eucaristía y nada como ella y la Penitencia, nos ayudan a conservarnos en Estado de Gracia.
Es por esto que los cristianos que cuidan debidamente de la suerte de su alma, se confiesan cada 8 o 15 días y comulgan diariamente.
Las Buenas Obras en Provecho Propio.
Entre las Buenas Obras que debemos hacer en provecho propio, indudablemente que la más necesaria y mejor es INSTRUIRSE EN RELIGION, porque no podemos amar debidamente lo que no conocemos y es la Instrucción Religiosa la que nos hace conocer a Dios y es también ella la que nos enseña lo que debemos evitar para no ofenderlo, y las Buenas Obras que debemos hacer para agradarlo
Mencionemos también entre las Buenas Obras que debemos hacer en provecho propio, la Penitencia, que no consiste necesariamente en las austeridades en tomar disciplina y usar silicios, sino simplemente en vivir arrepentidos de nuestros pecados, y procurar desagraviar a Dios por ellos.
La Penitencia no es necesaria para conservarnos en Estado de Gracia, pues quien sinceramente se arrepiente de haber hecho algún mal, no fácilmente, vuelve a hacerlo; la mejor penitencia que podemos hacer, es ofrecer a Dios las contrariedades, trabajos y penas del día en satisfacción de nuestros pecados.
Y en fin, una Buena Obra meritísima que podemos hacer en provecho propio es santificar el trabajo, es decir, hacerlo como si fuera N.S. Jesucristo la persona para quien trabajamos.
El cristiano que sabe aprovechar su Religión todo cuanto hace lo hace con el fin de agradar a Dios y de esta manera aprovechar todos los minutos de su vida, para asegurar su felicidad eterna, pues hace de ella Una fuente de agua viva que mana sin cesar dentro de él hasta la vida Eterna (J. IV).
Las Buenas Obras en Provecho del Prójimo.
Hacer Buenas Obras en provecho del prójimo, es indispensable en la vida del Cristiano, claramente Nuestro Señor nos dice que son ellas las que nos merecerán una sentencia favorable el Día del juicio, pues que al hacerlas al prójimo, es a Él a quien las hacemos y que a los que no las hagan, les dirá en ese tremendo día: tuve hambre y no me disteis de comer; tuve sed y no me disteis de beber; estaba desnudo y no me vestisteis; estaba enfermo y en la cárcel y no me visitasteis, pues cuando no hicisteis esto a uno de mis pequeños, fue a Mí a quien no lo hicisteis y que por esta causa los condenará al infierno diciéndoles: Apartaos de mí, malditos id al fuego eterno (Mat. XXV, 41).
Ni qué decir que la mejor obra que podemos hacer en bien del prójimo es ayudarlo a conocer mejor Nuestra Santa Religión y a aprovechar sus infinitas riquezas, las principales de las cuáles son los SACRAMENTOS.
PARA TERMINAR .
Con lo expuesto, aunque muy brevemente, han quedado tratadas las "Cuatro cosas que debe tener presente un católico" que es el tema de este Folleto y han sido también expuestas las 3 clases de Buenas Obras que debe hacer un buen cristiano; pero no queremos terminar sin hablar de esa máxima virtud que nos lleva a practicar dichas Obras: LA CARIDAD.
LA VIRTUD DE LA CARIDAD.
¿Qué es la Caridad? Esta virtud de la que tanto se habla y que es tan mal entendida, pues desgraciadamente es tenida por muchos en el restringido y secundario concepto de la limosna que se da a uno que otro necesitado.
La caridad tiene una envergadura mucho más amplia que ésta, pues ella es Amor, pero no ese amor egoísta de los mundanos, que hasta sacrifican a la suya la felicidad de aquel a quien dicen que aman, ni siquiera tampoco el amor abnegado pero NATURAL que sacrifica el bien propio por el bien ajeno, como el amor de una madre por su hijo. La Caridad es un amor infinitamente superior, es un amor SOBRENATURAL que tiene a Dios por principio y por objeto, que nos lleva a amarlo a El sobre todas las cosas, a amar al prójimo en Dios y a amarnos en Dios a nosotros mismos. Es amar como ama Dios como nos ama Cristo.
La caridad es la reina de las virtudes. Da como fruto las Buenas Obras que siempre en honor, para Gloria de Dios, tienen ya a El por objeto inmediato, ya al prójimo, ya a nosotros mismos.
Consideremos la Caridad bajo estos 3 conceptos:
La Caridad para con Dios.
La Caridad con Dios nos lleva a verlo en todas las cosas, a no hacer nada que pueda desagradarle, a hacer todo cuanto hacemos con la intención de agradarlo, en su honor, para su mayor Gloria.
En la página 8 ya expusimos las principales Buenas Obras que tienen a Dios por Objeto inmediato.
La Caridad con el prójimo.
La Caridad con el prójimo es amor sobrenatural, es amarlo en Dios amarlo como nos ama Cristo.
La Caridad nos hace ver en cada prójimo, a un hermano, un hijo de Dios; en cada pobrecito, en cada niño, en cada desvalido, en cada necesitado la imagen. del mismo Jesucristo que nos dijo: En verdad, os digo, que lo que hicisteis uno de estos mis más pequeños hermanos, conmigo, lo hicisteis (Mat. XXV, 40).
La Caridad con el prójimo nos lleva a desear y procurar el bien aún de nuestros enemigos, a hacer Buenas Obras en su provecho; y esto es de máxima importancia, pues como ya dijimos, son las Buenas Obras que hayamos hecho en provecho del prójimo, las que nos valdrán una sentencia favorable el día del juicio.
La Caridad consigo mismo.
Quiere la Caridad que nos amemos a nosotros mismos, pero que nos amemos en Dios, es decir, insistimos, como Dios quiere que nos amemos, como nos ama Cristo.
Ella requiere que cuidemos de nuestro cuerpo evitando todo cuanto pudiera perjudicarlo: exceso en las comidas, en las bebidas, procurar conservarlo sano, etc.; quiere que. lo respetemos como templo vivo que es del Espíritu Santo.
Y quiere la Caridad que cuidemos nuestra alma evitando todo cuanto pueda mancharla, conservándola en Estado de Gracia y quiere que hagamos Buenas Obras para acrecentar la Gracia en ella.
Las mejores Buenas Obras que podemos hacer en bien propio, son repetimos:
- instruirnos en Religión,
- recibir la Sagrada Comunión,
- la Penitencia, ofreciendo a Dios las penas y contrariedades del día en satisfacción de nuestros pecados,
- el Servicio de Dios santificando nuestro trabajo,
- sobre todo la más importante de ellas: EL APOSTOLADO
esa máxima obra que hacemos a la vez en honor de Dios, en bien propio y en provecho del prójimo.
Y que gracias a la E.V.C. todos podemos practicar, tanto cuanto queramos, a lo que estamos obligados pues el Santo Concilio Vaticano II nos recordó que todos los seglares al recibir el Bautismo fuimos hechos Apóstoles de Cristo.
Apóstol es así tanto quien escribe estas líneas como quien las está leyendo y eso, practiquemos o no el Apostolado, del mismo modo que quien recibe el título de médico, será médico ejerza o no la medicina.
Mas ¿cómo podremos practicar el Apostolado sin tener los profundos conocimientos en Religión, que para ello se requieren? muy fácilmente: proporcionando al prójimo alguna lectura que lo lleve a afirmar y a aprovechar nuestra Religión, que lo libere de los errores que lo apartan de ella, que le dé a conocer su incomparable excelencia.
Y procurarle algo que leer da mucho mejor resultado que entrar en discusiones de palabra, para las que se requiere una gran preparación y con la que difícilmente se saca al prójimo de su error, pues fácilmente se agrian los ánimos y nuestro interlocutor, más bien que en considerar lo que le decimos, pone su pensamiento en lo que ha de alegar en su defensa.
Michel Viot: de "obispo" luterano a sacerdote católico
miércoles, 18 de febrero de 2015
Posted by Cristhian
Primer caso que se da en Francia desde la Reforma
Michel Viot, Inspector eclesiástico (rango equivalente a Obispo) de la Iglesia evangélica luterana en Francia, se convirtió al catolicismo el 28 de junio, en el transcurso de una ceremonia presidida por el obispo de Chartres (Palabra 447-448, VII-IX-01, p. 21). Dos semanas después, se hacía pública la noticia y la intención de Viot de ordenarse sacerdote católico, lo cual constituye el primer caso que se da en Francia. Viot, que nació en París en 1944, llevaba treinta años en cargos de responsabilidad dentro de la Iglesia luterana.
Por Dominique Le Tourneau. París
El hecho no ha cogido por sorpresa a quienes le conocían o seguían sus sermones en la iglesia de Billetes, en París, donde era el pastor. Michael Viot dio el paso definitivo hacia el catolicismo a raíz de la declaración conjunta luterano-católica sobre la justificación y poco después de que el Sínodo de la Iglesia reformada francesa resolviera en mayo permitir la comunión eucarística también a los no bautizados.
—Señor Viot, ¿cuál va a ser su itinerario personal a partir de ahora?
—De momento, me he incorporado como laico al servicio de la parroquia de Chateaudun y de la diócesis de Chartres. Tendré un tiempo de reflexión, de estudio y de prueba. Pero deseo volver al pleno ejercicio del ministerio de la Palabra y de los sacramentos, como he venido haciendo en estos treinta y cinco años.
—¿Es feliz con la decisión que ha tomado?
—Soy feliz de la elección que he hecho, pero seré plenamente feliz cuando haya sido ordenado sacerdote, porque es en el ejercicio del ministerio sacerdotal donde podré satisfacer los compromisos que he asumido en mi vida.
POR QUÉ ME CONVERTÍ
—¿Cuál ha sido el motivo de su conversión?
—Siempre me he situado entre los luteranos que no se resignaban al cisma definitivo con Roma. He seguido con mucho interés el diálogo teológico entre la Santa Sede y la Federación Luterana Mundial. Conforme iban pasando los años, he ido viendo el acercamiento de posiciones y he seguido la evolución de la reflexión luterano-católica sobre la justificación por la fe. En 1989, una obra colectiva cofirmada por el Cardenal Ratzinger llegaba a la conclusión de que ya no eran válidos, respecto al luteranismo contemporáneo, los anatemas del Concilio de Trento. A partir de ese momento, en mi opinión, debía haberse cuestionado el mantenimiento del cisma del XVI y también debía de haberse ofrecido una respuesta al reto planteado por Juan Pablo II en la encíclica Ut unum sint sobre el ejercicio del ministerio de Pedro. No me pareció que los luteranos europeos estuvieran suficientemente preparados para afrontar ese reto. Tampoco tengo la impresión de que la Federación Luterana se haya apresurado a responder a la cuestión del papado. Por tanto, decidí dar yo el paso hacia adelante, porque siempre he creído que la unidad completa no se dará nunca sin la comunión con el Obispo de Roma, reconocido éste como primado.
Acuerdo luterano-católico
—La declaración común luterano-católica sobre la justificación ha permitido dar un paso adelante en el camino del ecumenismo. Pero, tratándose de los católicos, ¿no le parece que esta doctrina ya se encuentra en el Concilio de Trento?
—En efecto, la doctrina de la justificación por la fe se encuentra en los artículos del Concilio de Trento publicados en 1547. Pero no está de más recordar algunos extremos para comprender porqué no se pudo llegar entonces al acuerdo. Lutero había muerto un año antes, y su grey ya empezaba a desmembrarse. Habrá que esperar hasta el año 1580 y a la publicación de la Fórmula de Concordia para restablecer la paz entre ellos. Por otra parte, el texto del Concilio de Trento lanzaba anatemas contra formulaciones doctrinales en las que no todos los luteranos se reconocían, con el consiguiente sentimiento de injusticia. Los políticos también contaban, ¡y no todos estaban a favor de la vuelta a la unidad! Pienso también que a partir del debate sobre la Confesión de Ausburgo de 1530-1531, los dos bandos ya no se entendían y caían fácilmente en la trampa de las palabras. De ahí la necesidad de la nueva y actual formulación.
—Entonces, ¿qué es lo que separa todavía a luteranos y católicos?
—Existen distintas sensibilidades en el luteranismo, que van desde una casi identificación con el pensamiento reformador, hasta la tendencia denominada "Alta Iglesia", que concede un gran valor a la Confesión de Ausburgo, a su Apología y a la Fórmula de Concordia de 1580. Pertenecía a ésta corriente de pensamiento antes de convertirme. Para este sector del luteranismo, las diferencias con el catolicismo se encuentran en la formulación de las doctrinas eclesiológicas y mariológicas. Espero que ambas partes se esfuercen en hacer una nueva lectura a la luz de la declaración común firmada el 31 de octubre de 1999. Los luteranos deben descubrir que los dogmas marianos y eclesiológicos no afectan para nada a la mediación salvadora única y universal de Jesucristo. Al contrario, encuentra en ellos su sentido más pleno.
Declaración "dominus iesus"
—En un contexto más general, la declaración Dominus Iesus precisa que no puede utilizarse el término "Iglesia" para referirse a confesiones que no tienen ni todos los sacramentos ni la sucesión apostólica. ¿Cómo percibe esta puntualización, que ha levantado reacciones contrastadas?
—Antes de nada querría rebelarme contra el auténtico "linchamiento mediático" al que ha sido sometida esta declaración. La consecuencia ha sido ocultar su objetivo principal –el diálogo interreligioso–; y es una pena, ya que un buen número de protestantes habría podido, e incluso debido, suscribir lo que afirma sobre la excelencia del cristianismo. En cuanto al uso de la palabra "Iglesia", me parece que nada ha cambiado sustancialmente desde el Vaticano II. No se puede hablar de marcha atrás por parte de Roma; sólo se refleja la realidad actual, pues no se ha firmado ningún acuerdo católico-protestante en materia de Eclesiología o sobre ministerios eclesiales. La Iglesia católica no reconoce a los ministros protestantes, y viceversa, de manera que la intercomunión se ve muy limitada. En semejantes condiciones, Roma está obligada a seguir con la formulación del Vaticano II, que designa a los protestantes como "comunidad eclesial", no como Iglesia. Para que se diera un cambio, los protestantes habrían de volver a los siete sacramentos y al reencuentro con la sucesión apostólica.
—¿Qué aspectos destacaría usted de la doctrina y vida católicas?
—Gracias a su Magisterio, la Iglesia católica cuenta con una doctrina oficial. Mantiene una Cristología fundada en la Escritura y la Tradición, pero también ilustrada por la veneración mariana, como por ejemplo ocurre en el modo de enfocar el misterio de la Navidad. Estoy convencido de que la mayor parte de las grandes herejías, por no decir todas, provienen de errores en Cristología. Ahora bien, para acertar en Cristología hace falta no separar a Jesús de su Madre, la Bienaventurada Virgen María. La Iglesia católica recomienda la piedad mariana, lo cual constituye un elemento esencial más con respecto al protestantismo que permite hablar con más exactitud de Cristo y de la fe. También la doctrina sobre los siete sacramentos me parece capital. A pesar de la crisis de la penitencia en el catolicismo, no es comparable con la ausencia de su práctica en la mayor parte de las confesiones protestantes. Al menos, en el catolicismo se cuenta con una doctrina clara que puede enderezar la situación.
Por otra parte, el hecho de que la ordenación sacerdotal sea un sacramento católico ha impedido toda desviación en la celebración de la Eucaristía. Sólo quien ha sido ordenado sacerdote puede consagrar el pan y el vino. Nunca jamás, a pesar de la falta de sacerdotes, se podrá dar una "delegación pastoral" a un laico para practicarlo, cosa que se hace en un número muy elevado de comunidades eclesiales protestantes.
Finalmente, el ministerio del Papa ha de considerarse como un precioso fruto de la gracia de Dios.
Magisterio
—¿Cuál es, en su opinión, el papel del Magisterio eclesiástico?
—Quisiera antes de nada recordar que para mí el Magisterio eclesiástico no es un accidente de la historia. Es una institución de derecho divino. Las promesas hechas a Pedro en los Evangelios, los discursos de despedida del Señor prometiendo la asistencia del Espíritu Santo a los Doce para mantenerles en la Verdad, el funcionamiento de la Iglesia primitiva como lo describe Hechos de los Apóstoles y luego la Tradición muestra la antigüedad y legitimidad del Magisterio. La historia nos indica también el papel capital que desempeña para defender la fe frente a las herejías.
—En un Sínodo celebrado recientemente en Soi ssons, la Iglesia reformada de Francia ha acordado admitir no bautizados a la recepción de la Eucaristía. ¿Cómo interpreta esta decisión?
—La Iglesia reformada de Francia plantea cuestiones de particular gravedad. Al permitir que no bautizados puedan participar en la Santa Cena (aunque a título excepcional), el Sínodo, lo quiera o no, pone en tela de juicio la misma naturaleza del Bautismo y de la Santa Cena. De modo que uno se pregunta: ¿Qué pasa entonces con la creación del hombre nuevo por el Bautismo y su crecimiento mediante la participación a la Eucaristía? ¿Qué carácter de necesidad tendría entonces el Bautismo y qué especificidad la Eucaristía?
La Iglesia reformada de Francia tenía firmados varios acuerdos doctrinales con los luteranos: la Concordia de Leuenberg, de 1973, y otros textos elaborados en encuentros periódicos. La cuestión decidida en el Sínodo de Soissons ya fue abordada en 1994. Allí la asamblea se pronunció negativamente. Por tanto, la Iglesia reformada se queda ahora sola en esta cuestión, en claro desacuerdo con el grupo de Leuenberg. Tendrá que explicar sus razones. En cualquier caso, introduce una nueva y grave dificultad en el diálogo protestante-católico, ya que jamás había existido conflicto sobre esta cuestión.
Masonería
—Usted ocupaba altos grados en la masonería francesa. El año pasado dimitió de todos ellos.
—He dejado todos los grados de la masonería, altos y menos altos, por el juicio negativo que la Iglesia católica tiene sobre la masonería. En efecto, mi deseo es llegar a ser sacerdote y creo que un sacerdote debe evitar ser motivo de división entre sus feligreses. Como la cuestión de la masonería sigue suscitando hoy polémicas y fuertes encontronazos y siempre he dado prioridad al servicio a los fieles, he preferido dejar la masonería para evitar así todo lo que estorbe el ejercicio del ministerio sacerdotal.